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El Reino Unido y Colombia se unen porque "El Ambiente está de Moda"

  • benditamodacol
  • 29 nov 2022
  • 5 Min. de lectura

Dentro del marco de la sostenibilidad existen muchos actores. Se habla de la responsabilidad que tiene el consumidor, el impacto de las empresas, el sistema educativo y el apoyo que deben brindar los gobiernos para que todos estos entes puedan estar alineados en una misma dirección. Históricamente, El Reino Unido se ha caracterizado por ser líder en diferentes ámbitos globales, y la búsqueda hacia un futuro sostenible no es la excepción. Su enfoque en soluciones transversales lo ha llevado a poner los ojos en la industria de la moda, una a la que hasta hoy en día le ha costado mucho sumarse a la ruta de la sostenibilidad.


El gobierno del Reino Unido ha cumplido muy bien este papel. Desde la academia hasta a nivel gubernamental, ha creado diferentes iniciativas para cumplir con la mitigación de la crisis climática a la que se enfrenta el mundo actualmente. El ex primer ministro, Boris Johnson, anunció el financiamiento de proyectos que aporten a una economía circular. Además, el instituto de Moda Positiva del British Fashion Council, cuenta con una estrategia de 10 años para la transformación de la industria de la moda, alineando el medio ambiente, la sociedad y las artesanías. En cuanto al sector académico, el London Collage of Fashion se ha posicionado como experto en temas de sostenbilidad para la industria, creando materias primas completamente innovadoras.


En el 2019 se firmó la Alianza para el Crecimiento Sostenible entre Colombia y el Reino Unido (UKCOL) con el fin de buscar soluciones a la deforestación, protección de la biodiversidad, promover el crecimiento limpio y la transición energética. Por medio de ésta alianza, los dos países buscan ofrecer productos textiles más sostenibles que no sean nocivos para el agua y reduzcan la huella de carbono.


Con el fin de cumplir con los objetivos planteados por la alianza UKCOL, se desarrolló una campaña llamada “El Ambiente está de Moda”, programa que se llevó a cabo con Universo Mola (Organización sin ánimo de lucro para el movimiento de moda sostenible en Latinoamérica). La iniciativa empezó en el evento más importante de moda del país: Colombiamoda. Con esta campaña, la alianza buscaba “reunir a diferentes actores públicos y privados que trabajan en las industrias textiles y de la moda en el Reino Unido y Colombia, para generar conciencia sobre el potencial de la cooperación medioambiental entre los dos países e impactar positivamente en toda la cadena de la industria.” Posterior al evento, se desarrolló una campaña en redes sociales con el fin de crear conversación entre los diferentes actores del sector. Finalmente, el pasado 23 de octubre se realizó el cierre de la iniciativa con una Agenda académica.


La jornada se dividió en 5 paneles diferentes. En el primero se habló de la relación entre moda, ciencia e innovación. El segundo se enfocó en la contribución de la moda a la deforestación y posibles soluciones. En el tercero se plantearon diferentes prácticas que puede implementar la industria para ser más sostenible. El cuarto panel hablaba de la importancia de la moda para ayudar a salvar los océanos y finalmente, en el quinto panel se habló sobre el consumo responsable y sobre el impacto que generan los cambios colectivos.


La razón por la que quiero compartir con ustedes lo que se conversó en ésta jornada, es porque me di cuenta de que hay una brecha entre la academia y el sector real. Esto hace que los avances hacia una industria más sostenible, sean mucho más lentos de lo que podrían ser. Es un reto enorme, y sé que varias personas que hacen parte del sector ya han identificado éste problema. Sin embargo, creo que un paso para ir poco a poco cerrando esta brecha, es comunicando esos debates y problemáticas que se plantean en un ambiente académico. Quiero mencionar algunos puntos tratados, con el fin de generar conciencia frente a lo que está sucediendo y buscar con el lector soluciones para aquello que los expertos pusieron sobre la mesa.


La jornada inició con el panel de Ciencia e Innovación. En ésta conversación participaron dos panelistas del sector real y dos de la academia. Una de las situaciones planteadas fue la relación entre tecnología, ciencia y la industria de la moda. Es claro que por más de que las personas quieran crear marcas que tengan un menor efecto en el medio ambiente, si no existen materiales diferentes a los que hay hoy en día, será imposible crear productos más sostenibles.


Hay dos situaciones a resolver. La primera está relacionada con los recursos necesarios para la producción de nuevos materiales. Estos se crean a partir de investigación, desarrollos tecnológicos y una alta inversión. Sin estos factores no es posible ofrecer nuevos productos al sector real. La segunda situación recae en que el sector productivo no tiende a apoyarse en la academia. Se evidencia una falta de alineación entre estos dos sectores, haciendo que el cambio sea mucho más lento. Se mencionó en el panel que hay una preocupación frente a la falta de desinformación por parte del sector productivo. Son muy pocos los diseñadores que tiene claridad frente a los conceptos de sostenibilidad. Agregan también los panelistas que hay desconocimiento por parte de la industria sobre los avances que se han hecho desde la academia. Además, la pasividad del sector real por conformarse con los materiales que ya existen y no querer ir un poco más allá, hace que la brecha sea mayor.


Otra problemática planteada fue la deforestación y la industria de la moda. No solo hay una gran preocupación por la huella climática que dejan las prendas que vestimos, sino también por la destrucción de bosques que generan la plantación de materiales para la producción de ropa. La industria textil tiene una larga y compleja cadena de suministro que parte desde la agricultura, hasta la comercialización de los productos. Por esta razón, es fundamental que, tanto las marcas como los compradores tengan claridad del camino que recorren las prendas. Es responsabilidad de las empresas buscar tener una cadena más sostenible, pero a su vez, los consumidores deben hacer lo posible por exigir ésta información.


También considero relevante la cuestión de cómo podemos salvar los océanos desde la industria de la moda, temática que se desarrolló en el cuarto panel. Traigo esto sobre la mesa porque si bien los productores tienen una gran responsabilidad, los consumidores son quienes dictan las reglas de consumo. Como individuos podemos cambiar nuestros hábitos para aportar un granito de arena a ésta problemática. Un ejemplo es el lavado de la ropa. La mayoría de las prendas que usamos están hechas de poliéster, estas microfibras quedan en el agua una vez la lavamos, y al final todo esto queda en los océanos. Como no los vemos, no somos consientes del daño que le hacemos al medio ambiente. Al final, el problema no es el material, sino el uso que le estamos dando a los materiales.


La iniciativa de los gobiernos es valiosa y es claro que se está tomando acción frente a la situación. Sin embargo, es fundamental romper esta brecha entre la academia y el sector real para que juntos podamos llegar a soluciones más rápidas y efectivas. Es responsabilidad de todos compartir la información para que cada vez sean más las personas que creen o se sumen a iniciativas como “El ambiente está de moda.”





 
 
 

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